México es uno de los países más biodiversos del mundo, y esa riqueza natural lo convierte en un destino ideal para los amantes del ecoturismo. Desde selvas tropicales hasta desiertos, montañas, costas y cenotes, el país ofrece experiencias inolvidables para quienes buscan viajar de forma responsable y en armonía con el medio ambiente.
El ecoturismo en México no solo promueve la conservación de los ecosistemas, también impulsa el desarrollo sostenible de comunidades rurales e indígenas que se convierten en guardianes de la tierra. Lugares como la Selva Lacandona en Chiapas, la Reserva de la Biosfera Sian Ka’an en Quintana Roo, la Huasteca Potosina, el Santuario de la Mariposa Monarca en Michoacán y los manglares de Nayarit son solo algunos ejemplos de cómo la naturaleza y el turismo pueden convivir en equilibrio.
Actividades como caminatas interpretativas, observación de aves, recorridos en kayak, snorkel en arrecifes, senderismo en volcanes, visitas a pueblos con prácticas sustentables y alojamiento en eco-cabañas son algunas de las opciones que enamoran a viajeros nacionales e internacionales.
Además de la belleza natural, el ecoturismo en México permite conocer culturas vivas, tradiciones ancestrales y gastronomía local, generando una experiencia integral que trasciende el simple viaje.
Hoy más que nunca, el turismo consciente es una forma de cuidar el planeta y redescubrir México desde sus raíces.
Los ecoturistas suelen vivir experiencias más significativas que los turistas tradicionales, ya que se centran en la apreciación de la naturaleza en lugar de limitarse a hacer turismo o ir de compras. Así, se fomenta el intercambio cultural entre viajeros y locales y se reducen las repercusiones negativas del turismo de masas.