El ecosistema de las focas en peligro por la contaminación y cambio climático

Las focas, mamíferos marinos emblemáticos de diversos ecosistemas acuáticos, enfrentan múltiples desafíos ambientales que amenazan su supervivencia. Entre las principales amenazas se encuentran la contaminación por plásticos, el cambio climático, la caza y la interacción con actividades humanas como la pesca y la minería marina.​

Cambio climático y pérdida de hábitat

El cambio climático ha provocado alteraciones significativas en los hábitats de las focas, especialmente en regiones polares. El derretimiento del hielo marino reduce las áreas donde las focas descansan, se reproducen y crían a sus crías. Además, el aumento de la temperatura del agua afecta la disponibilidad de presas, impactando su alimentación y supervivencia.

Un océano contaminado

Uno de los problemas más alarmantes que enfrentan las focas es la contaminación por plásticos estudios científicos recientes han confirmado la presencia de microplásticos en el organismo de focas que habitan incluso en regiones tan remotas como la Antártida. Esto significa que estos residuos están presentes en la cadena alimentaria marina, ingresando a través del pescado que consumen.

Además, los desechos plásticos más grandes, como redes de pesca abandonadas, bolsas y envases, representan un riesgo físico: muchas focas quedan atrapadas, se lesionan o incluso mueren al ingerir o enredarse con estos objetos.

Cambio climático: el hielo que se derrite, el hogar que desaparece

Las focas que habitan zonas polares, como la foca anillada o la foca de Groenlandia, dependen del hielo marino para descansar, reproducirse y proteger a sus crías. El aumento de las temperaturas globales está derritiendo ese hielo a una velocidad alarmante, reduciendo drásticamente las áreas donde pueden vivir con seguridad.

Pero eso no es todo. El cambio climático también altera los ecosistemas marinos, afectando la disponibilidad de peces y crustáceos de los que se alimentan. Menos alimento, más competencia y mayores desplazamientos ponen en riesgo su salud y reproducción.

El impacto de las actividades humanas

A lo largo de los años, las focas han tenido que enfrentarse también a la caza comercial, especialmente en el pasado por su piel, carne y grasa. Aunque hoy esta práctica ha disminuido, aún persiste en algunas regiones del Ártico.

Interacciones con actividades humanas

Las focas también enfrentan amenazas directas e indirectas debido a actividades humanas:​

  • Pesca y captura incidental: Muchas focas quedan atrapadas en redes de pesca, resultando en lesiones o muerte. Además, la sobrepesca reduce la disponibilidad de sus fuentes de alimento. ​
  • Caza y persecución: Históricamente, las focas han sido cazadas por su piel, grasa y carne. Aunque la caza ha disminuido en algunas regiones, aún persiste en otras, afectando las poblaciones locales. ​
  • Minería marina: La extracción de recursos del fondo marino, como el fosfato, representa una amenaza emergente para las focas, ya que puede destruir hábitats críticos y alterar los ecosistemas marinos.
  • Especies en peligro

Algunas especies de focas están en mayor riesgo que otras. La foca monje del Mediterráneo, por ejemplo, está catalogada como “En peligro de extinción” debido a la pérdida de hábitat, la contaminación y la persecución humana.

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