Ante las fuertes lluvias recientes que han afectado diversas zonas del municipio, autoridades locales intensificaron los trabajos de prevención y respuesta para mitigar riesgos e inundaciones. En sesión con el Cabildo, la Dirección de Protección Civil informó que ya se han identificado y clasificado más de 30 puntos vulnerables y se activaron mesas interinstitucionales para dar seguimiento continuo a la temporada de lluvias.
La titular del área, Mara Pamela Arreguín, detalló que se han conformado nueve mesas de coordinación con apoyo de instancias estatales como la Coordinación General de Protección Civil del Estado de México, la Secretaría del Agua y la Jurisdicción Sanitaria, así como dependencias municipales. El objetivo es implementar acciones conjuntas en infraestructura, movilidad, servicios públicos y seguridad.
Derivado de recorridos preventivos, se elaboró un diagnóstico actualizado que clasifica 19 puntos como zonas de alto riesgo, donde los niveles de agua superan los 50 centímetros, y 16 más como riesgo medio. Algunas de las áreas más críticas se ubican en avenidas como Hidalgo, Ceylán, Filiberto Gómez, San Pedro y la zona de Periférico, además de cruces como Gustavo Baz con la México–Querétaro y colonias como El Rosario y Lázaro Cárdenas.
Frente a posibles contingencias, Arreguín informó que se dispone de ocho refugios temporales en puntos estratégicos, con capacidad para albergar a más de mil 200 personas. Estos centros de resguardo están localizados en unidades deportivas, parques y centros comunitarios.
En tanto, el director del OPDM, Alberto Valdés Rodríguez, señaló que actualmente operan nueve camiones tipo Vactor para labores de limpieza y desazolve, cifra que aumentará a once unidades para el fin de semana. Además, se trabaja en la rehabilitación de ocho cárcamos con una inversión superior a 80 millones de pesos, en coordinación con CAEM y CONAGUA, como parte del Plan de Rescate del Oriente del Estado de México impulsado por el Gobierno Federal.
El municipio cuenta con 33 cárcamos y 97 bombas activas, que se mantienen en operación permanente para drenar el agua acumulada en zonas bajas, reduciendo así el impacto de las lluvias torrenciales.
