Oaxaca se ha consolidado como uno de los destinos turísticos más encantadores de México. Su magia radica en la perfecta combinación de historia, gastronomía, tradiciones vivas y paisajes naturales impresionantes.
Desde su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, hasta las callecitas empedradas llenas de color y arte, Oaxaca invita a perderse entre sus sabores y aromas únicos. El Templo de Santo Domingo, el mercado Benito Juárez y el andador turístico son paradas obligadas para cualquier visitante.
La oferta cultural es amplia: talleres de alebrijes, textiles, barro negro y festivales como la Guelaguetza, una celebración ancestral que reúne a las distintas regiones del estado en una explosión de música, danza y color.
Para los amantes de la naturaleza, destinos como Hierve el Agua, con sus cascadas petrificadas, o el imponente sitio arqueológico de Monte Albán, ofrecen postales inolvidables. Y para quienes buscan relajarse, las playas de Mazunte, Zipolite y Puerto Escondido se convierten en el refugio perfecto entre palmeras, surf y atardeceres únicos.
Además, la gastronomía oaxaqueña es considerada de las mejores del país. No puedes irte sin probar un buen mole negro, unas tlayudas, o un tradicional mezcal artesanal.
Oaxaca no solo es un lugar para visitar: es una experiencia para todos los sentidos. Ideal para el turismo cultural, de aventura, gastronómico y espiritual, este estado del sur de México sigue robando el corazón de viajeros de todo el mundo.
