Real de Catorce misticismo y leyenda en el corazón del semidesierto

A más de 2,700 metros sobre el nivel del mar, escondido entre las montañas del altiplano potosino, se encuentra Real de Catorce, un Pueblo Mágico que parece suspendido en el tiempo. Caminar por sus calles empedradas es entrar a una novela del pasado, donde la minería, la fe y lo sobrenatural conviven en cada rincón.

Fantasma de plata

Fundado en el siglo XVIII como un importante centro minero, Real de Catorce vivió su apogeo gracias a la extracción de plata. Sin embargo, el esplendor se apagó a principios del siglo XX, y el pueblo quedó semiabandonado durante décadas, ganándose el apodo de “pueblo fantasma”.

Hoy, renacido gracias al turismo, mantiene esa atmósfera nostálgica que tanto encanta a los viajeros. Para llegar hay que atravesar el Túnel Ogarrio, una obra de ingeniería de más de 2 km de longitud que marca el inicio de la experiencia mística.

Patrimonio y panoramas

El pueblo conserva imponentes construcciones como la Parroquia de la Purísima Concepción, del siglo XVIII, donde se venera a San Francisco de Asís, el santo más querido del pueblo. Cada 4 de octubre, miles de peregrinos llegan desde diferentes estados para agradecerle milagros y favores.

Subiendo por los cerros, se encuentra el Panteón de Real de Catorce, desde donde se aprecia una vista impresionante del pueblo y sus alrededores. Las tumbas antiguas y su silencio sepulcral alimentan las leyendas locales.

Tierra de rituales

Real de Catorce también es un punto de encuentro para los buscadores de energía espiritual. La región es sagrada para el pueblo wirrárika (huichol), quienes cada año hacen una peregrinación al Cerro del Quemado, sitio donde, según su cosmovisión, nació el sol.

En este mismo entorno se consume el peyote, un cactus alucinógeno que forma parte de sus rituales sagrados. Este elemento ha hecho del pueblo un destino alternativo para viajeros místicos, artistas y exploradores espirituales.

Aventura y conexión

La forma más tradicional de explorar el pueblo es a caballo, con recorridos que te llevan a antiguas minas, ruinas de haciendas y parajes que parecen salidos de un western. No es raro que se escuche el eco de los cascos y el viento entre las ruinas.

Escenario de película

Por su estética desértica, Real de Catorce ha sido locación de películas como El Mexicano y The Mexican, con Brad Pitt y Julia Roberts. Sus vistas panorámicas, su silencio profundo y su luz única lo han convertido en un destino ideal para artistas, fotógrafos y buscadores de inspiración.

El túnel Ogarrio: entrada a otro mundo

El ingreso al pueblo es toda una experiencia: el famoso Túnel de Ogarrio, de más de 2 kilómetros de longitud, conecta el mundo moderno con esta joya enclavada en la montaña. Al salir del túnel, el visitante es recibido por un paisaje árido, surrealista y lleno de simbolismos.

Real de Catorce es más que un Pueblo Mágico: es un portal entre dimensiones, donde el pasado, la fe y el misterio se entrelazan para ofrecer una experiencia inolvidable.

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