Los bosques son mucho más que paisajes majestuosos; son ecosistemas esenciales para la vida en el planeta. En México y el mundo, estos pulmones naturales cumplen funciones vitales: regulan el clima, purifican el aire, protegen el suelo, albergan biodiversidad y abastecen de agua a millones de personas.
Actualmente, se estima que los bosques cubren alrededor del 30% de la superficie terrestre del planeta, y en ellos habita más del 80% de las especies terrestres de animales, plantas y hongos. México, por su parte, es uno de los países con mayor diversidad forestal, albergando bosques templados, selvas húmedas, matorrales y manglares.
Sin embargo, el equilibrio de estos ecosistemas se encuentra amenazado por actividades como la deforestación, el cambio climático, la tala ilegal y los incendios forestales. Cada año se pierden miles de hectáreas que tardarán décadas —o siglos— en recuperarse.
Proteger los bosques no es solo una tarea ambiental: es una responsabilidad social y económica. Muchas comunidades dependen de los recursos forestales de forma sustentable, y su preservación asegura calidad de vida, alimentos, medicinas naturales y oportunidades de ecoturismo y desarrollo rural.
Cuidar los bosques es cuidar el futuro. Cada árbol cuenta, cada acción suma. Desde reforestar hasta reducir el consumo de productos de madera sin certificación, todos podemos contribuir a conservar estos santuarios naturales.